Casi casi como vivir con una madre tailandesa
La verdad que nos alojamos en Siri House por una recomendación expresa de una persona que había estado ya allí y he de decir que fue un acierto total. Siri House está regentado por Pat, una señora tailandesa que desde el primer momento te "adopta" como a su propio hijo. Ella tiene una casa preciosa de acabados en madera barnizada de dos pisos. Ella vive en la parte de arriba y las habitaciones de abajo son las que alquila a los huéspedes.
Desde el primer momento te hace sentir en tu casa, y te ayuda en todo lo que puede. Negocia descuentos en las principales actividades de Chiang Mai, te recomienda sitios para ir, te prepara por las mañanas un desayuno riquísimo con frutas y productos locales, y está siempre pendiente de que no te falta el más mínimo detalle para hacer de tu estancia una estancia inolvidable. Y la verdad que lo consigue, porque esa señora es todo amabilidad y cariño.
La cama de las habitaciones es realmente cómoda, se duerme de cine. La más cómoda con diferencia de todo mi viaje a Tailandia. Y su jardín es una maravilla, lleno de plantas y flores, muy alegre y colorido.
Por cierto, si vais, no dejéis de echarle un vistazo a su perro, maquillado y con las cejas pintadas. Muy curioso.
El único pero que se le puede poner es que está fuera de la muralla vieja de la ciudad, pero realmente está a un paseo de 10-15 minutos andando y se llega bastante fácil al centro.
En fin, que este alojamiento es de 10, y es mucho más que recomendable si visitáis Chiang Mai. Nosotros volveremos seguro, porque la señora se lo merece, es todo un cielo, y se hace querer por sus huéspedes. No os defraudará. Palabrita!


