El museo del señor Thomasson
El señor Thomasson comenzó a coleccionar objetos de la vida cotidiana, ésos que empezaban a ser arrinconados, allá por 1949. En poco tiempo fundó un pequeño museo, la gente del pueblo se enteró y les pareció buena idea, así que poco a poco fueron aportando lo que les parecía bien. La noticia se extendió y llegaron cosas de otras poblaciones.
Hoy el señor Thomasson tiene 92 años y parece un chaval. Ahí está, al pie del cañón, recibiendo a los visitantes, haciendo una demostración sobre cómo se cardaba la lana, charlando amablemente con todo el que le pregunta, e incluso ofreciéndose a tocar y cantar salmos en la pequeña iglesia que reproduce el estilo de las iglesias tradicionales de Islandia, dejando claro que no le caen bien los protestantes, je, je.
Realmente, merece la pena darse una vuelta por aquí! Además, una de las guías del museo habla español perfectamente y os brindará una buena explicación de los objetos reunidos en el edificio principal, desde los frágiles zapatos que se utilizaban en el pasado (para esas tierras, hasta el punto de que las distancias se medían en número de pares gastados), hasta el barco pesquero o las antiguas biblias y otros libros que allí se conservan.
Está muy cerca de la cascada de Skógar.
Durante el verano, abre de 10 a 17 h.
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