Nunca había tenido la oportunidad, ...
Nunca había tenido la oportunidad, hasta mi último viaje a la zona, de ver Benidorm con otros ojos. Desde el mar o desde lo alto de una colina. Es decir, salir de la inmensidad y del ruido de este peculiar sitio y disfrutarlo desde lejos, como lo merece. Como cuando quien visita Nueva York y se cruza el puente de Brooklyn para tener perspectiva.
Y eso hice. Y por partida doble. Desde el agua y desde lo alto. Y el resultado: Espectacular. Es algo que me arrepiento de no haber hecho nunca antes. Porque lo que puede ser gentío, ruido, gente, turistas, sol, playa, calor y fiesta se transforma en belleza, en contraste, en sorpresa.
![](https://images.mnstatic.com/a4/88/a4882a1ed9e4ffdc56015a6b64ae770d.jpg?quality=75&format=png&fit=crop&width=65&height=65&aspect_ratio=65%3A65)
![](https://images.mnstatic.com/37/57/3757109362c5e4600a012006eff522bb.jpg?quality=75&format=png&fit=crop&width=65&height=65&aspect_ratio=65%3A65)
![](https://images.mnstatic.com/3a/82/3a82a141be13b5e5047235f13549e6de.jpg?quality=75&format=png&fit=crop&width=65&height=65&aspect_ratio=65%3A65)