Esta taberna extremeña sin duda le da vida a esta singular esquina. Las tapas y raciones abundantes son una de sus fortalezas. Se pasa un grato agradable entre amigos y puedes disfrutar de diferentes platos de la comida española. Eso si, siempre está lleno, pero eso no es un impedimento para quienes disfrutamos de este sitio.
Nada más entrar y tomar un barril nos ponen el cartel de reservado, y nos derivan a otro lado, y posteriormente dan el barril al siguiente que entra sin reserva, no lo entiendo. Pedimos dos cañas, y mandan a barra servir dos cañas sin alcohol, les rectificamos y sirven las cañas en otra mesa.
Pedimos un canapé, indican que no tienen, pedimos otro, y tampoco tienen, pedimos lacón y pimientos de Padrón, y nos sirven el lacón sin decirnos que no hay pimientos tras larga espera con el lacón enfriándose, el cual era abundante pero increíblemente salado.
Pedimos la cuenta, y nos dan la comanda, sin nombre del negocio ni CIF, a mano, y con los precios inflados sobre los indicados en carta, tanto en lacón como en cañas, teniendo que indicarles nosotros cuáles son los precios correctos, además de tener que insistir en que nos den un ticket con los precios correctos.
Nada recomendable este sitio, el ambiente y el mal trato entre el personal ya dice mucho del lugar.
Al pedir las bebidas, suelen ponerte una tapa y todas suelen ser similares, fritanga más fritanga acompañado de patatas.
Uno de los trabajadores, al parecer el " encargado", bastante estúpido y con malas contestaciones y caritas vacilonas hacia el cliente.
Nada recomendable, una pena descartar un bar con buena ubicación y con gran variedad de tapas por el mal trato que dan al cliente.
Pagas 2,50 por cada caña y sales cenado con las tapas que ponen. Muy buen ambiente de gente joven de jueves a domingo.
