Nuria Muñoz
Excelente
El 985, es una taberna-tienda. En principio no figuraba entre los sitios que me habían recomendado para comer en Gijón, pero paseando cerca del puerto vimos que estaba lleno y nos llamó la atención.
No me arrepiento de haber entrado porque aunque la carta no es muy extensa, todo lo que aparece en ella está buenísimo. De hecho volvimos otro día y no defraudó. Los postres que suelen ser mi debilidad están exquisitos. Y de los platos principales debo destacar el crujiente de centollo en crema de marisco que nos encantó a mi marido y a mi.
Además las raciones son abundantes, y el precio tanto de las bebidas como de la comida no me pareció excesivo. Los camareros son también muy amables y atentos.
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