ARGOS
La sala de recepciones del Palacio de Golestan.
Un absoluto derroche de brillos, dorados, artes suntuarias y lujo como representación del poder y poderío del imperio persa y sus monarcas los shahs.
Grande, muy grande, impresiona todo, los suelos, las alfombras que los cubren, techos, trono, ornamentación y todas las finas artes que se exponen: regalo de las cortes que visitaban al monarca persa en este caso el Shah Nasser-lo Din. Impresiona el trono y el trabajo experto y minucioso para decorar con trozos de espejo, los techos de la sala.