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Estando en Villa de Leyva, convencí a ...

Estando en Villa de Leyva, convencí a uno de mis tíos que de regreso a Bogotá, pararamos en Tunja, lo que significa alargar un poco el viaje de regreso.

Mis otros tíos se burlaron, Tunja tiene fama de ser una ciudad fría y aburrida, y tienen el dicho que es taaaan aburrida, que ... Hasta los novios se duermen enjabonando a las novias !

Pero hacia muchos años que yo no iba a Tunja (mis tíos también, punto a favor) y en la Universidad recuerdo haber estudiado en detalle los Tesoros Religiosos de Tunja durante la época colonial, que además fue capital unos años de Colombia y grandes ilustres del país nacieron y estudiaron en la capital boyacense.

Cuando llegamos a la oficina de Turismo, que queda en la Plaza de Bolívar; nos recomendaron ir al Templo de Santa Clara La Real, restaurado hace un tiempo por la oficina de patrimonio nacional.

Fue muy interesante, primero llegar y ver que tenías que golpear para entrar (eso nos indicaron en turismo) y entrar por un garaje a un vestíbulo con un mostrador que parecía mas un trastero que la antesala de la maravilla con la que nos íbamos a encontrar.

Apareció un señor mayor, sería nuestro guía. Abrió la puerta lateral de lo que era el templo, entramos a oscuras y al abrir las luces quedamos hipnotizados por el brllo de las paredes y el techo, todo en oro.

Pasaron varios segundos, antes de volver en si, pocas buenas fotos pude sacar, porque el flash es prohibido y mi cámara no daba para mas. Aquello de los Tesoros Religiosos se resume aquí, es un lugar a visitar.

Unos bellísimos retablos y un techo adornado que brilla con la mínima luz. Esta Iglesia además contaba con un espacio externo cubierto, que permitía a los indígenas asistir a las liturgias en su proceso de conversión al catoliscismo, y muchas de las figuras pintadas corresponden también a sus dioses, el sol y la luna, para comenzar con la transición.

Es un lugar mágico.