Cálido y acogedor. Servicio familiar
Cuando estaba organizando mi viaje a Machu Pichu, en noviembre de 2011, varias personas me dieron buenas referencias del hotel Terra Andina en Cusco. Al llegar allí me sentí "como en casa". Con el transfer, cortesía de la casa, enviaron a un empleado del hotel que se convirtió en un amigo. Llegué a Cusco y al darse cuenta de que sufría la diferencia de altura, me llevó a un área del hotel para que me sentara y bebiera un té de coca para relajarme mientras que resolvía por mí los trámites iniciales de la estancia. El primer día en Cusco requiere precaución. Más tarde lo pasé mal con la altitud y rápidamente los empleados me socorrieron con oxígeno y cuidaron bien de mí.