Al recorrer el Valle del Cauca, son...
Al recorrer el Valle del Cauca, son muchas las sensaciones que percibo; siento la paz y tranquilidad del Valle, el frío del aire puro de las montañas y el asombro al ver el fondo de los ríos por las aguas cristalinas que recorren este territorio. Siento una satisfacción porque la calidad de bosque que puedo apreciar es indescriptible, hay tantas mariposas, aves, insectos, animales, variedades de plantas y árboles que quedo embelesada mirando sus formas y colores.
Es tan agradable estar a 1.500 mts sobre el nivel del mar y poder admirar al Valle desde las alturas, porque el espectáculo nos deja sin palabras. Después empiezo a bajar por medio de cables, estructuras verticales o elegir el riesgo volando en parapente y así sentir la majestuosidad de lo que estoy disfrutando, porque la adrenalina no asusta, motiva a decir que “El PARAÍSO SI EXISTE”.
Después de tanto observar el Valle del Cauca, he decidido soñar con el amor verdadero, junto a la Hacienda El Paraíso y pedir un deseo de amor en la piedra de los deseos, que según mis abuelos, si se pedía algo, éste se cumplía, siempre y cuando el amor fuera sincero.
Pero además he decidido irme en bicicleta para hacer un poco de ejercicio hasta Santa Elena, un corregimiento donde la gente amable, la uva Isabela y el vino artesanal, representan la pujanza de una población en desarrollo.
Todo lo que yo puede apreciar, usted turista lo puede disfrutar en la zona geográfica denominada Territorio Paraíso, ubicado en una franja que ocupa desde los 30 Km. de Cali, 10 de Palmira por el sector de la Buitrera y Tienda Nueva, hasta los 60 y 30 km de las mismas ciudades. Este territorio se ha convertido en uno de los primeros destinos turísticos del País, donde el turismo rural sostenible, está fortaleciéndose y generando nuevas propuestas para los turistas nacionales e internacionales.
Si está buscando nuevas opciones de turismo para disfrutar de unas relajantes vacaciones con su familia; no dude en alojarse en fincas y hoteles que garantizan su comodidad. Además, los niños podrán apreciar la naturaleza y aprender a conservarla; Los jóvenes y adultos podrán practicar deportes de aventura, realizar caminatas ecológicas o deleitarse con una comida típica como: Sancocho de gallina, atollado, aborrajados, hojaldras, cortado, manjar blanco, tamales y luladas.
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