El torbellino de las almas
Luces de neón, gigantescas pantallas led que promocionan mil y un productos, servicios y placeres y cuya potencia hace que sea totalmente innecesario el uso de farolas en toda la plaza, pasos apresurados, bocas abiertas por la sorpresa y miles de cámaras de fotos y vídeo que quieren inmortalizar el momento sagrado en el que sus dueños se encuentran en ese lugar soñado, en ese corazón de la Gran Manzana que tantas veces han visto en películas, revistas y del que tanto han oído hablar.
Pero no siempre fue tan espectacular y con tan buena imagen. En los años 60 abundaban los sex shops, los peep shows y los personajes extravagantes que se codeaban con prostitutas y yonkis. Ahora en cambio su imagen es más pulida, sobre todo después del cambio radical, el lavado de cara que se le dio a la ciudad en 1990. No perdió nunca su inconfundible imagen teatral, sobre todo el fin de semana, cuando se llenan las calles y todo el mundo se apresura para no llegar tarde a cualquiera de las funciones que se representan en Broadway.
Hoy en día es un lugar de intercambio de imágenes, de ideas, de sensaciones, pero antes lo fue de intercambios comerciales hasta la llegada del metro en 1904. El metro y el periódico New York Times, que bautizó la zona que antes era conocida como Long Acre Square, y que instauró la mega famosa fiesta que se viene celebrando cada 31 de diciembre y que se ha convertido en imagen inseparable de Nueva York.
Esta " Encrucijada del Mundo" como han tenido a bien bautizarla, tiene todo lo que las mentes y corazones más inquietos pueden desear: los estudios de la MTV con grandes cristaleras a la calle para ver a los famosos un poco más cerca, una enorme Disney Store, los grandes anuncios de marcas y tiendas de moda, las últimas noticias en carteles móviles, una pantalla donde uno puede verse en directo mientras saluda a sus familiares o presencia la grabación del conocido Good Morning América.
Cada año acoge a más de 26 millones de turistas que vienen a disfrutar de todo eso y de los mega teatros como el Ford Center o el New Amsterdam, o simplemente a pasear por este espacio que realmente es triangular y no cuadrado....
Times Square seguirá siendo la fuente de información y ocio más descarada que se haya visto jamás, y sencillamente no hay otra plaza pública en el mundo como ella.