El templo del gran Buda.
El motivo principal de incluir Nara en nuestro viaje a Japón era sin duda el templo Todai-ji, la construcción de madera más grande del mundo. Es sin duda uno de los lugares más atractivos de esta parte del país, por ello lo habitual es encontrarse con grupos de turistas e incluso de estudiantes. Éstos últimos resultan encantadores con su discreción y buena educación. A nosotros se acercaron varios de ellos para hablar con nosotros en inglés. Cosas sencillas pero que les ayudan a soltarse en una lengua que no es la suya. Y lo mejor de todo es que a cambio nos regalaron figuras de papel y cajitas hechas por ellos mismos.
Pero volviendo al tema del templo. Si bien el recinto es gratuito y se puede pasar por los jardines que rodean a este gran edificio sin pagar, para entrar al pabellón principal y poder ver al Gran Buda hay que pagar.
Lo cierto es que merece la pena. Ver esa gran figura de Buda sentado mirando al frente ajeno a todos los que vamos a admirarle no deja indiferente. Con sus más de 500 toneladas de peso es una de las figuras de bronce más grandes que existen.
No hay que dejar de rodear la figura admirando cada detalle. Y teniendo en cuenta el gran tamaño del Buda (16 metros de altura) solo hay que hacer cuentas para imaginar lo que pueden medir esas grande mariposas posadas sobre la estatua.


