Dorada como el oro
La " Borg al Dsajeb" de los árabes, nuestra Torre del Oro, uno de los símbolos de Sevilla desde el siglo XII, recibió su nombre según unos historiadores por el brillo de sus azulejos al ponerse el sol, o según otros por la cantidad de tesoros que albergaba, procedentes de todos los rincones del Imperio.
Sea como fuere, esta atemporal vigía de la riquísima Hispalis, es hoy referencia de todo aquel que visite la ciudad.
Me pregunto cómo se vería el río si la leyenda fuera cierta. La que cuenta que al otro lado del Guadalquivir, justo enfrente había una torre gemela que estaba unida a la otra por una cadena muy gruesa que impedía el paso a los barcos y protegía la entrada a la ciudad.