Torre Galata

La Torre Gálata tiene una de mis vistas preferidas de la ciudad, ya que se encuentra en una colina desde la que se domina la parte europea y la parte asiática de Estambul. Recomiendo subir al atardecer, en verano cierra a las 7 y creo que en invierno a las 6.

La torre tiene una altura de 67 m hasta la punta (63 m sin el remate) y con nueve plantas. Se accede al restaurante y mirado por un ascensor. Cuando se construyó era a estructura más alta de la ciudad. La base de la torre se encuentra a 35 msnm y la planta mirador se encuentra a 51,65 m de altura. Cuando está lleno puede ser un poco claustrofóbico, ya que tiene menos de un metro de ancho y la gente además no hace caso de circular hacia la derecha siempre.

Siempre me ha encantado esta torre y eso que ni es alta ni es "preciosa" pero tiene algo muy especial y es que, si la visitas a la hora del atardecer, vas a conseguir una panorámica de la ciudad totalmente única.

¿Cómo puede ser que una torre tan bajita tenga unas vistas tan buenas? Pues bien, no todo son buenas noticias, y es que, para poder disfrutar del espectáculo que ofrece esta torre desde lo alto, debes subir una larga, muy larga cuesta que se encuentra cruzando el puente de Eminönu.

Aún que pienses que puede haber cosas más interesantes, este mirador junto al que se encuentra

Nos alojamos en el Hostel World House Apartments, que se encontraba al lado de la Torre Galata, una plaza con mucho encanto donde venden simits, esa especia de pretzel que están tan ricos y los abuelillos se sientan en los banquitos a charlar, la Torre Galata es de las torres mas antiguas del mundo y lo interesante es que es un monumento veneciano que se construyo para vigilar los barcos, desde lo alto tienes unas vistas espectaculares.
Eso si para llegar a la torre desde el puente Galata hay que subir una cuesta considerable, así que imaginad nuestro pensamiento "una vez salgamos del hotel

Parece ser que esta torre fue construida por los genoveses en el s. XIV cuando se instalaron en la orilla derecha del Cuerno de Oro. Se sube en ascensor hasta el penúltimo piso y después hay que ascender por una escalera de caracol hasta la cafetería instalada en el último, salir al balcón que rodea la torre y admirar el espectáculo maravilloso que se domina desde esa altura. Tomar un café sentados en una de las mesas junto a una ventana fue un placer difícilmente descriptible.

Esta simbólica torre cilíndrica es lo que queda de las fortificaciones genovesas construidas en 1384 en la parte alta del barrio histórico de Karakoy para controlar el Cuerno de Oro. Reconstruida varias veces, desde su piso más alto se tienen unas vistas impresionantes de todo Estambul, aunque lo más bello que ofrece es su silueta recortada contra el cielo rojizo del atardecer vista desde el Puente Gálata.

La zona dónde se ubica el puente que va desde el final del Gran Bazar estambulí a el principio del barrio de Beyoglu, coronado por la siempre majestuoso Torre de Galata, es uno de los puntos más bellos, mágicos y bulliciosos de toda Estambul.

Entre los cánticos del imán, las fragancias del bazar de las especias que todavía perduran y que poco a poco se mezclan con el olor a mar y a pescado recién cocinado y las maravillosas vistas, uno se siente en ese momento cómo si el tiempo se detuviera.

El gran tesoro de Estambul es el Bósforo, siempre precioso, siempre en un bravo letargo, siempre azul. Contemplarlo desde esta parte de la ciudad, con la Torre de Galata y el crisol de colores de las casas del barrio de Beyoglu, no tiene precio. Es una de las experiencias que toda persona debería vivir alguna vez.