Trogir

Antiquísima y bellísima, Trogir es una pequeña ciudad sobre el Adriático emplazada muy cerca de Dubrovnik. La ciudad está sobre una isla apenas separada del continente, y en su puerto recalan cruceros privados de reyes y príncipes. No es para menos: Trogir es una espectacular ciudad gótico-románica que remonta sus orígenes a cuando se estableció allí una colonia griega. Lo sorprendente es que a través de los siglos la ciudad fue creciendo y modificándose, pero siempre guardando una planta urbana helenística. Por este motivo, la medieval Trogir fue declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO.

Puedo ser un poco repetitiva porque de cada ciudad croata que hablo digo que es una auténtica maravilla, pero es que esa es la realidad, este país tiene miles de rincones fascinantes e incomparables, y la ciudad de Trogir es otro de ellos. Se encuentra muy cerquita de Split y está comprimida entre las altas montañas del norte y el mar. Es una ciudad amurallada que posee numerosos edificios románicos y renacentistas y tiene tanta belleza que la UNESCO la declaró patrimonio Mundial en 1997.
Las murallas son del siglo XV y se encuentran en un estado de conservación perfecto. Tras ellas se encuentra en centro histórico de la ciudad, donde se pueden encontrar los monumentos más bellos de la misma, además, también hay que destacar la puerta norte de la muralla, que es de estilo renacentista y contiene en lo más alto una escultura de san Ivan Orsini, que es el protector de la ciudad.

Me sorprende que esta fantástica villa no tuviera un hueco en minube. Se encuentra cerquita de Split y sin el agobio de esta, es un buen lugar para salirnos de las ciudades más conocidas de este fantástico país.

Un verdadero placer caminar por sus calles y acabar cenando por uno de las decenas de restaurantes. Recomendado el restaurante familiar Alka.

Cerca de la ciudad de Split, encontramos este precioso pueblo arrinconado, casi sin hacer ruido. Pero cuando entras es otra cosa. Una ciudad turística, con preciosos rincones donde dejar volar tu creatividad con la cámara. Otra vez mas, mucho color en ella.

Es un de los lugares con más encanto de la Costa Dálmata. Si huimos del bullicio y recorremos sus estrechos callejones encontraremos rincones cargados de historia y de la belleza mixta que le aportan las viejas piedras y las plantas y adornos con las que cuidan su ciudad los que allí habitan.