Tromso

En la actualidad Tromsø – otrora llamada la “París del Norte” - es un gran núcleo urbano poblado por más de 60.000 almas que a pesar del crecimiento vertiginoso que ha experimentado en las últimas décadas ha sabido conservar casi intacto el encanto de su centro histórico compuesto prácticamente en su totalidad por casas de madera de distintos colores cuya altura raramente supera las dos - tres platas.

Ubicado en su totalidad sobre la isla de Tromsøya – conectada al continente por modernos puentes- , el centro de Tromso conjuga edificios de corte modernista con las mencionadas construcciones en madera cuya fecha de construcción data en algunos casos de finales del siglo XVIII.

Desde Cabo Norte y parando en Alta para comer, nos dirigimos a Tromso donde se encuentra la universidad más septentrional de Europa.

Hermosa ciudad con bastantes lugares para visitar si se tiene tiempo. Nosotros por desgracia no tuvimos nada más que unas horas por la mañana.

Como la hora de llegada fue mas bien tardía pues eran cerca de las diez de la noche, después de acomodarnos en el hotel Clarión Collection Hotel With y dejar el coche en el aparcamiento descubierto y público que tiene concertado este hotel, por cierto que en Noruega y en todos los parkings públicos se paga día y noche, nos dirigimos a cenar a un lugar llamad PEPEPIZZA que aunque naturalmente y como su nombre indica su especialidad son las pizzas aunque realmente también posee una deliciosa comida mejicana a base de fajitas, burritos, costillas asadas etc..

Y la más grande, ya que como centro administrativo de la provincia de Troms tiene una afluencia de visitantes noruegos y foráneos lo suficientemente grande para estar permanentemente animada con fiestas culturales, músicos callejeros, una maratón del sol de media noche, una respetada universidad y más pubs per cápita que cualquier ciudad Noruega.

Es curioso que aunque se halla atan sólo 350 km al norte del Círculo Polar Ártico la corriente del Golfo modera bastante su clima y lo hace más agradable dentro de lo que cabe, aunque he de decir que en pleno mayo hacía un frío que pelaba y la nieve llegaba casi al centro de la ciudad.