Una tumba llena de besos
Oscar Wilde murió en París en 1900, arruinado moral y económicamente después del proceso que le llevó dos años a la cárcel en Inglaterra por "inmoralidad" (por mantener relaciones homosexuales sin esconderse, en realidad). Al poco de su muerte sus obras volvieron a venderse, con los derechos sus amigos compraron un terreno en el cementerio del Père Lachaise y un donante anónimo entregó una cantidad de dinero muy importante para la tumba con la única condición de que la hiciera el escultor Jacob Epstein. Si queréis conocer su historia entrad en 'https://bit.ly/yzjpp6,'