El Rin y sus castillos
Bingen en el sur y Coblenza en el norte marcan los extremos del valle del curso medio del Alto Rin, unos 65 kilómetros que son una enciclopedia viva de la historia de Alemania, ya que fue, y todavía es, una de kas vías principales de comercio del país. Los espectaculares paisajes y la gran concentración de castillos, palacios e iglesias construidos en sus empinadas laderas, en mucho casos cubiertas de viñedos que producen excelentes vinos como el riesling, lo convierten en un destino muy atractivo.
El valle puede recorrerse de múltiples maneras. Tanto el ferrocarril como la carretera van pegados a su curso, y también hay senderos peatonales y cicloturistas en todo su recorrido, pero quizás la manera más popular es hacerlo en barco, para lo que también hay muchas opciones, desde un crucero de una o varias horas, a un pase de día para alguna de las líneas que hacen el recorrido entre Colonia, al norte, y Mainz, al sur, y podemos bajarnos en el punto que queramos para luego continuar en el siguiente barco.