Son color arena sus iglesias, sus...
Son color arena sus iglesias, sus conventos, sus edificios nobles. Como un marco, las laderas de las sierras se cubren de plantaciones de cerezos e higueras, montes de castaños, hileras de álamos, huertas florecidas y olorosas. A Villafranca del Bierzo la llaman la pequeña Compostela, y aunque el apelativo hable maravillas de ella, la villa tiene su propia identidad, encanto y sabor. Villafranca ha estado desde siempre unida a Santiago; aquí se siente que ya no falta tanto para llegar. Si accedes a la ciudad por donde entran los peregrinos, verás antes que nada el castillo con sus torres circulares, y la románica iglesia de Santiago, un templo del siglo XII, que guarda la bella Puerta del Perdón. Es allí donde los peregrinos enfermos o impedidos de continuar su marcha reciben los mismos santos beneficios que en Compostela.