Hotel Viña Matetic

El tour por Viña Matetic comienza en la bodega construida a base de elementos nobles: piedra y madera, emplazada en una loma de cerro, y cuyo diseño contemporáneo, funcional y respetuoso del entorno la convierten de por sí en un punto de interés desde el punto de vista arquitectónico y estético. Sus áreas de producción- donde nacen sólo vinos Premium- están en una especie de vitrina, lo cual convierte el proceso del vino en un espectáculo que es observado por el visitante desde los corredores del edificio. Pero el corazón del proyecto es la sala de barricas que además de estar bajo tierra, las paredes de piedras, su altura de 6 metros y la cuidada iluminación la convierten en un salón monumental y escenográfico, una especie de templo que seduce para adentrarse en el arte del vino.

La riqueza paisajística y arquitectónica es concordante con la filosofía de la viña: conservar el estado de plena armonía y equilibrio con la naturaleza, por ello las 180 hectáreas de vides son producción orgánica, con algunos elementos de cultivos biodinámicos, técnica agrícola hacia la cual se encamina el proyecto. En el recorrido por la viña, el visitante descubre los fundamentos de estas prácticas agrícolas donde se reemplazan fertilizantes y todo tipo de químicos por plantas y animales que cumplen las funciones de los productos artificiales.

Actividades como caminatas, paseos en bicicleta y cabalgatas ofrecidas en Viña Matetic permiten al visitante conectarse con el rico entorno natural del Valle del Rosario con sus praderas y suaves colinas, hábitat de una gran variedad de flora y fauna.

Con espectacular vista al paisaje campestre y rodeada de bien cuidados jardines la casona es el lugar ideal para disfrutar del silencio, la tranquilidad y el relajo de las noches de campo. La casona patronal de principios de 1900 fue completamente remodelada para convertirse en un hotel boutique de 7 habitaciones. Sus acogedores espacios con un estilo tradicional muy ad hoc con la casa y el entorno fueron decorados por el arquitecto Max Cummins, quien imprimió la calidez justa, creando lugares familiares e íntimos. En el pequeño hotel, rodeado de jardines, viñedos y bosques, todo recuerda el ambiente vitivinícola, incluso las habitaciones tienen el nombre de cada cepa cultivada en Matetic.