Falsas apariencias
Reservamos este hotel porque la zona está bien comunicada, se podía aparcar fácil, está llena de sitios no turísticos donde comer o cenar y porque era bastante más económico y cómodo que alojarse en el centro de Lisboa. Por fuera parece un hotel moderno y más o menos nuevo. Pero una vez te adentras en él, la alegría va bajando a decepción absoluta. La recepcionista te da la llave de la habitación mientras charla con sus compañeras y no nos hizo ni caso, sólo al pedírselo porfavor, nos dio de mala gana un mapa de Lisboa pero sin indicarnos dónde estábamos!!. Los pasillos oscuros y pestilentes con moquetas en el suelo de color morado horribles y muy viejas. Las puertas de las habitaciones llenas de arañazos y roces. Las paredes con manchas.