Miskita
A lo largo del crucero los viñedos ...
A lo largo del crucero los viñedos crecen a ambas orillas. Lo que mejor recuerdo son las esclusas, para pasar de un lado a otro de las presas. Para ello, la embarcación entra en una especie de nave y, una vez allí, se empieza a llenar de agua hasta que la nave alcanza el nivel del río en el otro lado. Es una sensación un tanto claustrofóbica pero difícil de olvidar.
También recuerdo, cada vez que pienso en el Duero, aquellos versos que aprendí de pequeña: Río Duero, río Duero, nadie a acompañarte baja; nadie se detiene a oír tu eterna estrofa de agua.
Y miro la espuma que hace el barco al pasar, como aquellas palabras de amor de las que habla el romance.
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