Roberto Gonzalez
Impresionante y olvidada
Olvidada porque apenas suele recibir visitas de turistas, sin contar con los insistentes, que como yo volvemos hasta tres veces para poder entrar durante los cortísimos y escaso periodos en los que permanece abierta, apenas unas horas al día.
Pero la insistencia vale la pena, porque si el exterior, es bastante impresionante por la altura de las agujas, que inevitablemente me recuerdan a las de la catedral de Colonia, el interior es frio pero cautivador. Empezando por el origen del templo, que tal y como ocurrió en San Salvador sobre la Sangre Derramada en San Petersburgo, se edificó sobre el lugar del atentado contra un miembro de la realeza, en este caso Francisco José en 1853.
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