Pedro Jareño
Justo en la orilla del río Escalda, a ...
Justo en la orilla del río Escalda, a unos pasos del Castillo, se encuentra este restaurante que, como mejor punto a favor tiene sus fantásticas vistas. Además, luego la comida está deliciosa.
Es el lugar que elegí para probar, al fin, las populares patatas fritas belgas. Y no decepcionan. Vaya, ni el resto de platos. Estuvimos comiendo en la terraza, bajo una sombrilla que nos protegía del sol, en un día espléndido, pero también tiene bastante espacio en el interior. Una buena elección para comer algo en la ciudad belga.
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