Shanghai es la ciudad más grande de China y a la vez el centro moderno y financiero del país, tal y como muestran los rascacielos de Pudong, el lado moderno de la ciudad con restaurantes y zonas de compras con tiendas de lujo. Al conocer Shanghai veremos la faceta cultural del país ejemplificada en enormes y modernos museos y teatros. Destacan sus famosas óperas y la vida nocturna de la ciudad es considerada como una de las mejores de China. Pero visitar Shanghai también supone acercarse a la tradición con sus barrios llenos de elegantes edificios de los años 30, históricas pagodas y los famosos “pueblos de agua” situados en las afueras. Shanghai es un auténtico referente de la China emergente, pasando por The Bund, una de las zonas más bellas, llegando hasta el barrio de Pudong, visible al otro lado del río y que parece un auténtico bosque de acero y vidrios con emblemáticas torres como la Oriental Pearl.
El turismo en Shanghai ha aumentado gracias a las avenidas repletas de tiendas de marcas exclusivas, como la Calle Nanjing. Si lo que queremos es pasar una buena noche, las discotecas y los famosos carteles de neón de la Calle Hengshan será una de las mejores opciones, contrastando con el tranquilo y antiguo barrio francés del Tianzifang, con íntimos cafés, restaurantes tradicionales y galerías de arte.
Al viajar a Shanghai, podremos empaparnos de su historia milenaria en algunas construcciones como el Templo Longhua, de más de 1000 años y conocido por los 500 budas dorados que alberga. Los jardines son otro de los símbolos de la cultura, como nos muestra el Jardín Yuyuan, un auténtico oasis de paz y tranquilidad.
Si eres aficionado al arte, en tus viajes a Shanghai encontrarás algunos de los mejores museos del país. Podrás pasear entre muestras de cerámica del antiguo imperio y obras de artistas emergentes chinos en el Museo de Arte Contemporáneo.