En el corazón de La Rioja nos encontramos con Laguardia, en la cima de la colina en un valle de la provincia de Álava. Conservando parte de su muralla medieval que rodea la ciudad, ésta alberga una zona peatonal por la que se puede pasear y admirar sus edificios renacentistas. Muchas de las personas que hacen turismo en Laguardia quieren aprender de su cultura enológica. Así podemos conocer las bodegas subterráneas, las tabernas y, por supuesto, realizar una cata de vinos. Aunque, cuando vayas a conocer Laguardia, no debes dejar de visitar el yacimiento de La Hoya, asentamiento celtibérico del siglo XII a.C. situado cerca de esta magnífica ciudad alavesa.Al visitar Laguardia de los primeros sitios a los que llegarás será la Plaza Mayor, que alberga el ayuntamiento y la Iglesia de Santa María de los Reyes, de estilo renacentista y del siglo XVI, la única de España con pórtico policromado. En la plaza, a las 12, 14, 17 y 20 horas te vas a sorprender por el reloj de autómatas, una de las mayores y más queridas tradiciones de esta ciudad. Al viajar a Laguardia, en los extramuros se puede caminar por el Paseo del Collado, ajardinado y que se extiende alrededor del pueblo. Aquí te puedes encontrar con la Casa Natal Samaniego, del artista fabulista Félix María Sánchez de Samaniego. Muchos de los viajes a Laguardia tienen como objetivo conocer sus vinos, bebida que podría considerarse como la auténtica estrella del municipio. Se pueden visitar distintas secciones de las cuevas y bodegas subterráneas para ver en primera persona el proceso de elaboración de esta popular bebida. Si hay que destacar dos, esas pueden ser las bodegas subterráneas de "El Fabulista", en las que se produce vino de forma tradicional, y las icónicas Bodegas Ysios, diseñadas por Calatrava, en las que se puede también hacer una cata.