En la famosa Ruta del Quijote, en el tramo conquense, se encuentra una hermosa localidad en lo alto de un cerro: el pueblo de Belmonte. Es su altura en llanas tierras manchegas lo que precisamente supone un gran atractivo para la localidad, además de su famosísimo Castillo de Belmonte, que es uno de los símbolos de la ciudad y uno de los mejor conservados de toda la provincia. Así, los viajes a Belmonte están cargados de un alto atractivo a nivel cultural, que incluye un casco antiguo lleno de antiguas fachadas blancas y edificios históricos que datan del siglo XV.
Una de las principales razones para viajar a Belmonte es visitar su famoso castillo, una fortaleza de más de cinco siglos de antigüedad cuyo estado de conservación es espectacular. De estilo gótico en su mayor parte, tiene toques mudéjares y preciosas yeserías, con un bonito patio interior y salas decoradas con muebles de la época. Forma parte del centro recogido entre la muralla, que data del siglo XV, donde se encuentran las tres puertas monumentales.
Un monumento que representa el carácter artístico del municipio y que supone un gran atractivo para visitar Belmonte es la Colegiata, conocida por sus tallados bíblicos, los primeros de toda España y que marcaron las características de un nuevo estilo artístico. No obstante, hay muchas más atracciones dentro de su casco antiguo para conocer Belmonte a fondo, como la Plaza del Pilar o la Casa de Comedias, un precioso corral del siglo SVII.
Como pueblo que forma parte de la Ruta del Quijote, hacer turismo en Belmonte y aprovechar para visitar pueblos cercanos como Alcazar de San Juan, Campo de Criptana o Mota del Cuervo también es una gran oportunidad para quienes quieran explorar la ruta española y ver auténticos molinos de viento.