Conocer Olot es descubrir la capital de la comarca de la Garrotxa. Se la conoce como “ciudad de los volcanes”, y es que tiene hasta cuatro en su término municipal. El entorno del municipio es de una belleza típica de los paisajes del norte, con bellos pueblos medievales y el Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa, un lugar ideal para hacer senderismo. Al visitar Olot vas a ver una destacada colección de patrimonio que va desde iglesias barrocas hasta modernismo catalán.
Uno de los principales motivos por los que muchas personas deciden viajar a Olot es por su espectacular entorno natural. Hay cuatro protagonistas indiscutibles: la Montascopa, la Garrinda, el Bisaroques y el Montolivet, que son los nombres de los cuatro volcanes. Cada uno tiene su propio conjunto de caminos y rutas que los hacen únicos. Hay incluso un Museo de los Volcanes donde se puede profundizar en su historia.
Haciendo turismo en Olot puedes explorar, a parte de la zona volcánica, otras áreas naturales de semejante belleza como la Fageda d’en Jordà, un hayedo que dadas sus características y su origen le hacen único en España. También el Parc Nou reúne ciertas características impropias de la región en la que se encuentra, y esto se debe al microclima que se crea en la Garrotxa. Muchos viajeros aprovechan para visitar Besalú, Ripoll o Castellfollit de la Roca, pueblos muy cercanos y que merecen más que un paseo.
Pero los viajes a Olot no deben quedarse a las afueras. En el centro te vas a encontrar con un rico y valioso patrimonio artístico. Hay museos como el Museo de la Garrotxa, con objetos que datan de hace un par de siglos, hasta otras exposiciones que llegan al modernismo catalán del siglo XX.