A la hora de visitar Puigcerdà nos sorprenderá su arquitectura poco convencional y apenas influenciada por los típicos pueblos españoles debido a su cercanía con la frontera francesa, que claramente ha contribuido en la creación de las construcciones del pueblo. A 1.200 metros de altitud y cerca del río Segre, presenta una temperatura media muy fría (entre 2 y -3ºC). Esto se debe a su ubicación en los pirineos y en verano sus temperaturas puedan ascender tan sólo a los 12ºC. Las colinas cubiertas de nieve que rodean al pueblo hacen que merezca la pena viajar a Puigcerdà simplemente para disfrutar de sus espectaculares vistas del entorno.Conocer Puigcerdà sorprenderá a más de uno, ya que es como viajar a un lugar que parece no estar en nuestras fronteras debido a sus peculiares edificios históricos. El bello Campanario de la Iglesia de Santa María, con sus más de 30 metros de longitud, gobierna desde lo alto, siendo la única herencia que sobró del templo gótico del siglo XII. Hay más ejemplares arquitectónicos y religiosos que se pueden encontrar caminando en forma de iglesias y capillas que se localizan por el pueblo. Una de ellas es la Iglesia de Sant Jaume de Rigolisa, un monumento historica erguido tras la destrucción de otra iglesia anteriormente emplazada en ese lugar. Muchos viajes a Puigcerdà se ven motivados por el famoso lago artificial de la Estany de Puigcerdà, un paraje espectacular que ya desde finales del siglo XIX atraía a los primeros veraneantes de la zona.Los amantes de la naturaleza podrán gozar de un relajante día de turismo en Puigcerdà haciendo rutas de senderismo mientras se deleitan con las bellas vistas que ofrece el Pirineo.