Armallones es una pequeña aldea de la provincia de Guadalajara que forma parte del Parque Natural del Alto Tajo. Los impresionantes paisajes que ofrecen los estrechos valles por los que discurre el Tajo, junto con la escasa población que reside allí, hacen del turismo en Armallones un lugar ideal para desconectar y relajarse. El gran atractivo de este pueblo es, sin duda, el Parque Natural del Alto Tajo. El enclave en el que está situado Armallones ofrece a los viajeros la posibilidad de disfrutar de la naturaleza en un espacio lleno de paz y tranquilidad. Viajar a Armallones te permitirá conocer el Hundido de Armallones, un cañón formado por la caída de una peña debido a la subida del agua y la joya de la zona. Está repleto de cataratas y el agua tiene un color esmeralda transparente que te enamorará al instante. Sin duda, la mejor época para visitar Armallones es a principios de verano. Podrás darte un baño en aguas cristalinas aunque se encuentren a una temperatura bastante baja. Hay además muchas empresas de kayak y rafting para aventureros que quieran disfrutar de los rápidos del río Tajo. Si dedicas varios días a conocer Armallones, lo mejor es seguir algunos de los caminos y rutas que hay en la zona. Puedes recorrer el curso del río Tajo, o puedes también deambular por el sendero que une la localidad con Ocentejo, en el que encontrarás el Molino de Batán y el antiguo puente que unía a los dos municipios. Los viajes a Armallones no sólo invitan a la desconexión y al disfrute de la naturaleza. En el pueblo podrás entrar mientras paseas por sus tranquilas calles a la Iglesia de Nuestra Señora de la Natividad, de estilo románico. Si viajas en coche, es muy recomendable hacer una ruta por los pueblos del Alto Tajo como Riba de Saelices, famoso por sus pinturas rupestres, Ocentajo, con sus restos celtíberos, o Arbeteta, conocido por su castillo.