Cerca de Logroño se encuentra Nájera, una de las poblaciones que dibujan el Camino de Santiago. Todo es debido a que el Rey Sancho III modificó el recorrido para que la villa fuera uno de los lugares de paso para los peregrinos. Su ubicación, a orillas del río Najerilla, permite que conocer Nájera sea un capricho para los amantes del enoturismo. Sus tierras fértiles ofrecen grandes viñedos que convierten sus uvas en vino riojano.
Visitar Nájera es conocer la antigua capital del Reino de Navarra, por lo que su patrimonio cultural, monumental y tradicional está reflejado en toda su arquitectura. De raíces romanas, medievales y mudéjares, es un enclave para la historia riojana por las reliquias encontradas en su casco antiguo, y su patrimonio histórico es uno de sus principales atractivos culturales.
Viajar a Nájera es explorar una de las ciudades más importantes a nivel histórico de La Rioja. Localizada en las inmediaciones de la Sierra de la Demanda, su casco histórico surge entre las peñas, coronadas por el Río Najerilla. Al hacer turismo en Nájera llama la atención una muestra de su patrimonio más emblemático, el Monasterio de Santa María la Real, cuyo complejo monumental data del siglo XI y presenta un estilo gótico renacentista. En los alrededores, podremos contemplar la Plaza de España de Nájera, donde el Museo Histórico Arqueológico Najerillense exhibe numerosas piezas históricas de la región. Además, la Iglesia Parroquial de la Santa Cruz, declarada Monumento Nacional, es uno de los principales puntos de interés religioso del municipio por albergar las reliquias del Santo San Prudencio.
Todo este patrimonio histórico y artístico convierten los viajes a Nájera en imprescindibles para los más curiosos y para aquellos que deseen conocer no sólo la historia riojana, sino su famoso vino. Allí se encuentran numerosas bodegas que es posible visitar para disfrutar del delicioso Rioja.