En el valle del río Ondara, en Lleida, se encuentra Cervera, un pueblo de estilo medieval, en pleno centro de la región de la Segarra. La mejor manera de conocer Cervera es explorar su casco antiguo a pie, el cual ha sido declarado Bien de Interés Cultural por sus monumentos históricos y casas tradicionales. A medida que te adentras en sus estrechas calles, admirando sus casas históricas y sus porches antiguos, descubres edificios tan emblemáticos como la Universidad de Cervera o sus murallas del siglo XIV, perfectamente conservadas.
Al visitar Cervera se pueden apreciar rincones más actuales y que mantienen el foco en el aprendizaje del pasado, como es el Museo Duran i Sanpere, una casa-museo burgalesa en cuyo interior se conservan muebles y otros elementos de la época, además de unos murales en una capilla de gran belleza. Cuando hagas turismo en Cervera habrá un edificio que sobresaldrá del resto por su tamaño, el Sindicat Agrícola, de estilo modernista y diseñado por Cèsar Martinell. En lo alto de una colina se sitúa el Castillo de Cervera, una fortificación de origen árabe levantado en el siglo XVI. En su interior hay restos de gran valor y otros elementos arquitectónicos propios de la época.
Un rincón clave para comprender la historia del municipio en los viajes a Cervera es el edificio de la antigua Universidad ya que, hasta hace unos siglos, operaba con normalidad como centro educativo y fue el principal motor de desarrollo de Cervera, hasta que finalmente fue trasladada a Barcelona.
Viajar a Cervera en fiestas puede ser una gran ocasión para ver el pueblo con un aspecto propio de las ocasiones especiales. En febrero, la popular Cantada de Copletes atrae a un gran número de visitantes, que prosigue los días siguientes con la fiesta Mayor al Santísimo Misterio.