Emplazado en la provincia de Toledo y dedicado a la agricultura y la ganadería principalmente, encontramos Tembleque. Es un pueblo de la llanura manchega, salpicada de molinos y que evoca al legendario Don Quijote junto con su amigo Sancho Panza. Al conocer Tembleque se aprecia que destaca la arquitectura castellana, ejemplar a nivel nacional y, por ello, es considerado un pueblo con el título de Bien de Interés Cultural. Cuenta con un bonito casco histórico rodeado por edificios barrocos, entre ellos su espectacular Plaza Mayor, un lugar que no hay que dejar de conocerlo. Viajar a Tembleque es acercarse a un municipio manchego que conserva su esencia y personalidad, que se siente al conocer sus calles y apreciar de cerca sus edificios.La estrella del turismo en Tembleque es su Plaza Mayor, con un típico estilo arquitectónico manchego de dos edificios con paredes encaladas y corredores de madera. Inaugurado por Felipe IV en el siglo XVII, era punto de reunión polivalente haciendo las funciones de corral de comedias, plaza de toros y lugar de ejecuciones a la vez. En la misma plaza veremos el Ayuntamiento, bello edificio del barroco. En los viajes a Tembleque, pateando los rincones del municipio se pueden ir descubriendo lugares como la Plaza de la Orden de San Juan, que conecta mediante un pasadizo con la plaza principal y en la que se ubica la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, de estilo gótico isabelino del siglo XVII. Al visitar Tembleque podemos conocer también la Casa de las Torres, mansión barroca del siglo XVIII, que destaca por sus dos torres. Una vez hemos hecho el recorrido cultural, siempre es bueno viajar y comer, por lo que volvamos a la Plaza Mayor y tomemos un aperitivo en alguna de las tabernas locales situadas en sus soportales.