Burdeos es una ciudad portuaria que, tras profundas reformas, se convirtió en un destino turístico dejando de ser una oscura ciudad industrial apodada de “Bella Durmiente”. Visitar Burdeos nos ofrecerá un increíble conjunto monumental y una arquitectura neoclásica que le ha otorgado el título de Patrimonio Mundial de la Humanidad. Además, los amantes del vino están de enhorabuena, ya que la región es hogar de algunos de los más prestigiosos productores de vinos del mundo; tanto por los tintos como por los blancos, es mundialmente conocida como “La Cité du Vin”. Conocer Burdeos es sumergirse en una ciudad universitaria con preciosos edificios y escuelas superiores que ornamentan el paisaje urbanístico de la ciudad.
Una gran parte de los viajes a Burdeos se centra en su gastronomía. Es una de las zonas vinícolas más importantes del mundo, donde el viajero tiene la oportunidad de recorrer los viñedos y los vinotecas, tiendas de gourmet y bistrós. En concreto en la zona del Casco Viejo y la Place du Parlement encontraremos los mejores lugares para probar esta especialidad mientras paseamos por un bello patrimonio artístico cultural como la Catedral de San Andrés, que luce su esplendoroso estilo gótico del siglo XII, uno de los monumentos más importante de la ciudad que forma parte del Camino de Santiago.
El turismo en Burdeos gira en torno al famoso río Garona, donde es posible hacer paseos en barcos turísticos y observar la construcción tradicional en piedra con pequeñas terrazas muy bien conservadas, zona conocida como la “pequeña París”. No podemos olvidarnos de visitar el famoso Puerto de la Luna, con una peculiar forma de croissant que fue declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad.
Puedes viajar a Burdeos y disfrutar igualmente de una completa oferta de ocio. Los amantes de las compras deben acercarse al Triángulo bordelés, donde sobresale la comercial Rue Sainte-Catherine. Como ciudad universitaria, la ciudad cuenta con el Quai Armand Lalande, la zona para salir de copas por excelencia.