Enclavado en la costa sur de Inglaterra, a sólo una hora de Londres, la ciudad de Brighton dejó de ser un pueblo marino en orígenes para convertirse en el primer gran destino de verano de Inglaterra, cuyas largas playas han atraído a la realeza y celebridades durante años. El turismo en Brighton combina un ambiente de lo más familiar con el descarado libertinaje de sus pubs hedonísticos, discotecas de playa y su famoso festival de primavera. A pesar de su reputación de sol y ocio, alberga un sorprendente patrimonio cultural con espléndidos museos reales, elegantes casas nobles y galerías de arte.
El principal motivo de los viajes a Brighton es sin duda el turismo de sol y playa. La zona cero de la ciudad es el Brighton Pier, un gran muelle con atracciones y puestos de “fish & chips”, que queda rodeado de la Playa de Brighton, una gran extensión de arena bordeada de casetas a todo color donde poder tomar el sol y practicar actividades como el paddle-surf.
Pero esta ciudad también guarda un largo historial ligado al mar, perceptible en el centro urbano. Puedes conocer Brighton visitando la zona de The Lanes, donde se encuentran las típicas calles estrechas del histórico pueblo, repleto de cafés encantadores y boutiques de moda y joyerías, o también descubrir la vida marina en Sea Life Brighton, uno de los acuarios más antiguos del mundo en el interior de un edificio Victoriano.
Si quieres visitar Brighton y descubrir un poco más su historia, la ciudad alberga grandes monumentos artísticos como el Royal Pavilion, una ostentosa residencia real cuya arquitectura hindú la hace única en Inglaterra. Está repleta de salones opulentos y museos como el Brighton Museum and Art Gallery, lugar que no puedes perderte al viajar a Brighton, pues alberga una impresionante colección va desde bellas artes de Europa pasando por el antiguo Egipto, hasta juguetes del siglo XVIII