Bañada por los ríos Reno y Savena, Bolonia es una ciudad con una larga historia que incluye la época etrusca y la romana. Es famosa por su centro medieval, uno de los más grandes y mejor conservados de Europa con sus 24 torres, palacios renacentistas y kilómetros de pórticos. Al visitar Bolonia te encontrarás nada más y nada menos que con la primera universidad del mundo, donde antaño acudían estudiantes de la talla de Copérnico y Dante. Por este motivo las noches en la ciudad son bastante animadas. No debemos olvidar la gastronomía, que hará las delicias de los que se animen a hacer turismo en Bolonia, famosa por su salsa, los tortellini y los aperitivos tradicionales.
Explorar el monumental casco medieval es una de las mejores formas de conocer Bolonia. El corazón se sitúa en la Piazza Maggiore, rodeada de pórticos y palacios y que alberga algunos de los monumentos más destacables de la ciudad, como la Basílica de San Petronio, una de las iglesias más grandes del país. Podremos visitar uno de los monumentos más famosos, el Archigimnasio, conocido por su teatro anatómico y sus patios con pórticos cuidadosamente decorados.
Los viajes a Bolonia no dejarán de incluir la vista de torres y pórticos, dos elementos emblemáticos de la ciudad, como las Dos Torres medievales de Garisenda y Asinelli con casi 100 metros de altura y unas vistas espectaculares. El Santuario de San Luca alberga el pórtico más largo del mundo.
Muchos amantes del arte deciden viajar a Bolonia donde encontrarán, entre otros ejemplares, la Pinacoteca Nacional, el mayor museo Emilia-Romaña con una gran colección de arte renacentista y barroco. Si el viajero decide seguir con el recorrido cultural, llegará hasta una gran cantidad de iglesias históricas entre las que se destaca la de San Domenico, que encierra entre sus paredes una tumba tallada por el famoso escultor Miguel Ángel.