Fez

La segunda ciudad más grande de Marruecos, Fez, ha sido la más esplendorosa de las ciudades imperiales marroquís. Su grandeza se ve reflejada en la gran medina amurallada declarada Patrimonio de la Humanidad. Como no podía ser de otro modo, la ciudad es un laberinto de callejones estrechos y de lo más concurridos, repletos de zocos de la famosa artesanía de Fez entre mezquitas históricas, “riads” palaciegos y grandes plazas. Además, es sede de una de las universidades más antiguas del mundo, la Universidad de al-Karouine, centro espiritual de Marruecos durante siglos.

Lo que más sorprende al viajar a Fez es su histórica Medina, Fes el Bali, una de las más grandes del mundo, que data precisamente del siglo VIII. Imposible no perderse por sus laberínticas calles empedradas, repletas de los famosos zocos y espectaculares madrazas como la Madraza de Bou Inania, con su tradicional patio y el emblemático minarete que domina el cielo de la ciudad.

Como capital de la artesanía de Marruecos, visitar Fez es una oportunidad para adentrarse en el paraíso de las compras. Destaca por su marroquinería y, de hecho, los curtidores históricos de Chouara son uno de los lugares más populares de la ciudad. Además Fez alberga varios museos con muestras de artesanía; el Dar Batha expone desde alfombras a cerámica.

Aunque el exótico ambiente de la medina es lo que atrae el turismo en Fez, la ciudad alberga barrios dignos de explorar. Desde las tranquilas y pintorescas calles de Mellah, el antiguo barrio Judío, hasta el esplendor monumental de Fes el Jedid, zona medieval donde se ubica el Palacio Real.

Además, al estar enclavado en la cordillera del Atlas, los viajes a Fez se convierten en una oportunidad para disfrutar de sus bellos montes y de los pequeños pueblos que allí se encuentran. Una oportunidad para conocer Fez que te acerca al tradicional modelo de vida de los habitantes.