San Petersburgo

Considerada como una de las ciudades más bonitas y monumentales del mundo, San Petersburgo acoge una gran cantidad de enormes palacios, catedrales y monumentos de le época dorada de Rusia que en su conjunto fueron declarados Patrimonio de la Humanidad. Para conocer San Petersburgo los amantes del arte tendrán para elegir entre más de 250 museos, de los cuales sobresale el famoso Hermitage, uno de los más grandes del mundo. Viajar a San Petersburgo en verano es un acierto porque nos encontraremos con las “Noches Blancas”. Cuando el día llega a su fin, las calles se llenan de conciertos, carnavales y teatro durante toda la noche.

Visitar San Petersburgo conlleva sin duda acercarse a la joya en forma de museo más grande del mundo: el Hermitage. Situado en el Palacio de Invierno de la emperatriz Catalina, alberga más de 3 millones de piezas de gran valor histórico que datan desde la época de la antigua Grecia hasta el presente.

No podemos dejar de callejear la ciudad para encontrarnos con otras maravillas como la Catedral de Kazan, con sus 96 imponentes columnas y considerada la más importante del país. También podremos acceder a la de San Isaac, la más grande de la ciudad cuya cúpula dorada se inspiró en la Catedral de San Pablo en Londres.

En nuestros viajes a San Petersburgo podremos planificar paradas para descansar y relajarnos por la Avenida Nevski, el epicentro de las populares tiendas de lujo. Además, el Malecón del Palacio con puentes y un río donde podemos hacer un crucero al atardecer es una estupenda opción para apreciar la ciudad desde otro punto de vista.

Gran parte del turismo en San Petersburgo decide hacer un paseo por algunos de los palacios más llamativos de los alrededores. El de Peterhof es considerado como uno de los más bonitos del mundo por estar rodeado de jardines y fuentes monumentales, así como el Palacio de Catalina, de extravagante estilo rococó, son algunos ejemplos de ellos.